Barreras administrativas, coordinación con empresas privadas y limitados fondos son los principales factores que impiden el despliegue de infraestructura de telecomunicaciones en América Latina. Esas son algunas de las conclusiones que arrojó el estudio ‘La gestión de infraestructura de telecomunicaciones como pilar fundamental para el futuro de América Latina’, realizado por América Tower y SMC+.
Ante la llegada del 5G en América Latina, este estudio es una actualización de los avances en infraestructura que ha tenido la región desde el año 2021. Un análisis que se realizó en 8 países específicos: Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, México, Paraguay y Perú.
Cerrar las brechas de conectividad
El primer desafío al que se enfrenta la región es el cierre de las brechas que persisten en materia de conectividad entre las zonas rurales y urbanas y las brechas digitales. El 99,8% de las Américas está cubierta con red 3G y el 98% con 4G en zonas urbanas; la cifra es diferente en la zonas rurales, donde la cobertura red 3G alcanza el 73,5% y red 4G el 65,0%. Esta brecha sigue siendo amplia en toda la región. Aunque en el caso de las zonas urbanas se ha avanzado en la penetración, la calidad no necesariamente es la mejor.
Avances en la reducción de barreras en infraestructura
Para lograr una mayor cobertura y cerrar las brechas de conectividad que tiene las Américas, es necesaria la inversión en infraestructura. Sin embargo, las barreras administrativas son la principal causa y las que más perjudican a las sociedad. En ese aspecto, se encuentra la falta de coordinación nacional y subnacional (leyes nacionales y municipales); las tasas que cobran cada uno de los gobiernos y la variedad de instituciones que participan en cada proceso.
Por eso, desde 2021, año en que se realizó el último estudio, los únicos países de la región que han avanzado en reducir esas barreras son Brasil, Paraguay y Perú. Por su parte, Colombia, Costa Rica y México presentan algún avance, aunque limitado. Finalmente, Argentina y Chile son los únicos dos mercados en que no se ha evidenciado mejora significativa.
Se evaluaron aspectos en el mejoramiento de la reducción de barreras en el despliegue, como: barreras y su persistencia, coordinación nacional y subnacional, legislación que promueva los despliegues, existencia de los conceptos de ventanilla única y silencio administrativo positivo (o aprobaciones automáticas) y publicación de informes de buenas prácticas y ranking de ciudades (o estudio comparable).
Además de la penetración de telefonía móvil, participación de empresas de infraestructura independientes, el nivel de compartición de infraestructura, la densidad de infraestructura y la brecha urbano-rural de conectividad.
En esos aspectos solo Brasil y Perú mostraron los mayores avances, ambos países se destacan por contar con una regulación que busca la coordinación nacional y subnacional en el proceso de otorgamiento de permisos para el despliegue de infraestructura. Mientras que Costa Rica, Chile, Colombia y Argentina mostraron ciertos avances en el desarrollo de infraestructura. En el caso de México y Paraguay, evidencian que aún persisten las barreras para el despliegue de infraestructura.
Retos a futuro en infraestructura de telecomunicaciones
Entre las proyecciones que hace el estudio, se estima que en el despliegue de infraestructura para los próximos años, el foco se centrará en la implementación de la tecnología 5G en varios países de la región. Se espera que el despliegue de sitios continúe, especialmente a medida que se asigne el espectro 5G en la mayoría de países.
Sin embargo, también se observa un retraso de aproximadamente dos años en la asignación del espectro 5G y el despliegue de infraestructura en comparación con las estimaciones anteriores. Hasta la fecha, únicamente en Chile, República Dominicana, Brasil, Uruguay, Argentina y recientemente Colombia, han llevado a cabo asignaciones de espectro, mientras que otros tienen planes para hacerlo en los próximos años.
A futuro continúa prevaleciendo la barrera económica, con una persistente presión sobre los márgenes de la industria de las telecomunicaciones, especialmente por el negocio, que para la tecnología 5G, requiere mayores inversiones en infraestructura.
Esto limita la disponibilidad de fondos para los despliegues, dado el alto nivel de incertidumbre y la mayoría de las inversiones denominadas en dólares estadounidenses, mientras que los ingresos de las empresas están denominados en moneda local.
Puede leer el estudio completo, aquí
Ilustración de Nik Neves