El uso del efectivo sigue disminuyendo en América Latina, especialmente cuando se trata de los gastos mensuales, mientras que la tendencia hacia los pagos digitales sigue en aumento. Según el ‘Estado de la inclusión financiera después de COVID-19 en América Latina y el Caribe: nuevas oportunidades para el ecosistema de pagos’, los latinoamericanos han pasado de preferir hacer compras en efectivo (75 %) antes de la pandemia, a un 43 % para 2023. 

Las cifras demuestran que el verdadero impacto de la inclusión financiera en la región se debe al incremento en el uso de teléfonos móviles, así como al surgimiento de más iniciativas que facilitan los pagos rápidos. Según el estudio, 9 de cada 10 usuarios utilizan el móvil para hacer o recibir transacciones, aunque solo el 42 %  los utiliza diariamente para hacer compras en establecimientos comerciales. 

Un estudio de McKinsey & Company proyecta que el uso de efectivo disminuirá un 20% en los próximos cinco años en América Latina, mientras que las tecnologías de pago digital experimentaron un aumento del 30%. 

En toda la región, esta tendencia se debe al crecimiento de iniciativas que permiten un mayor uso de los pagos digitales, como las billeteras virtuales, las propuestas públicas y privadas que habilitan pagos en tiempo real, y los pagos instantáneos mediante códigos QR. Sin embargo, aún prevalece en la región, especialmente en las compras de comercio electrónico, el uso de las tarjetas de crédito. 

El avance de las tarjetas de crédito como medios de pago digitales

“Cuando se mira más en detalle en los pagos electrónicos, o en la manera en la que se se viene pagando con alternativas diferentes al efectivo, la realidad es que Latinoamérica ha tenido una evolución, inicialmente con tarjetas de crédito, que fue de los primeros instrumentos de pago electrónico que llegaron a la región hace un poco más de 20 o 25 años”, afirma Carlos Marín, Country Manager de Pomelo.

Carlos Marin - Pomelo

Carlos Marin , Country Manager de Pomelo

Pomelo es una plataforma que nació en 2021, con una infraestructura tecnológica de pagos que está modernizando el negocio de las tarjetas en América Latina. Esta fintech permite a empresas locales e internacionales ofrecer tarjetas de prepago, débito y crédito a sus clientes en múltiples países, integradas con las franquicias de Visa y Mastercard. Su intención es respaldar a las fintech, entidades financieras y negocios electrónicos en la construcción de los sistemas de tarjetas de crédito y débito para sus plataformas. 

Según un estudio de Mastercard, las tarjetas siguen siendo el método de pago digital más usado, con un 80% de consumidores utilizándolas, ya sea en línea o en tienda física. Las tarjetas de débito se clasifican como el método de pago digital más fiable, con un 55% de consumidores que las perciben como muy seguras. La empresa ha emitido cerca de  100 millones de tarjetas virtuales en América Latina y el Caribe, en colaboración con diferentes fintech de la región.

Según una investigación de Juniper, se estima que los pagos con tarjetas sin contacto están creciendo más de un 40% al año y se espera que alcancen los 1.000 millones de usuarios en todo el mundo para 2024. 

Pomelo ha actualizado la infraestructura existente por una más ágil. Así lo explica Marín, “la gran mayoría de los proveedores que hoy en día ofrecen toda la infraestructura para procesar tarjetas son proveedores que existen hace más de 30 a 40 años, obviamente con tecnología de ese tiempo”.

La tarjetas como facilitadores de la inclusión financiera

Para él, además de haber una infraestructura antigua, se debe considerar el tipo de regulación que existe para este tipo de productos en cada país. “En Latinoamérica, particularmente, la regulación cambia muchísimo de país a país, y eso hace que una compañía que tenga un apetito de expansión regional tenga casi que lanzar siempre un producto en cada país, no solamente con un proveedor nuevo, sino también enfrentarse a la regulación de ese mercado”. 

De acuerdo con el estudio ‘Estado de la inclusión financiera después de COVID-19 en América Latina y el Caribe: nuevas oportunidades para el ecosistema de pagos’, en el proceso del primer acceso al sistema financiero en la región, después de las cuentas de ahorros y tarjetas débito (79%), las tarjetas de crédito (58 %), son los métodos de pago más usados.

“Entonces, un poco lo que vemos, es que cada vez más sigue aumentando la adopción y el uso de pagos digitales y electrónicos a través de billeteras o a través de rieles, como la tarjeta, además que no son excluyentes. Si se tiene una billetera virtual después se puede terminar utilizando y ofrecer una tarjeta en el medio”, añade Marin. Para esta fintech, el objetivo es ofrecer diferentes opciones de pago al usuario para que al final no tenga que recurrir al efectivo. 

En tres años, Pomelo ha expandido su presencia a seis países de la región, como Argentina, Brasil, México, Colombia, Perú y Chile. También está trabajando con compañías que no necesariamente tienen su enfoque de negocio en la banca o servicios financieros, sino con marketplaces como Rappi o compañías de remesas. 

“Estamos permitiéndole a las instituciones que puedan de manera muy sencilla y muy fácil lanzar un producto como una tarjeta al mercado, emitiéndose en promedio a los dos meses o tres, lo que permite que los indicadores de inclusión empiecen a mejorar y que los clientes corporativos puedan empezar a solucionar la necesidades más rápida y probar más rápido sus productos través de una tarjeta en el mercado directamente”, agrega. 

Los pagos digitales en tiempo real en América Latina

Otra opción dentro de los pagos digitales que ha ganado mayor relevancia desde 2020 son las plataformas que permiten los pagos en tiempo real o real-time payments (RTP), así como las redes de pagos entre particulares (peer-to-peer o P2P). Los casos más significativos en la región son Pix en Brasil y Transferencias 3.0 en Argentina. Sin embargo, en cada país han surgido iniciativas similares impulsadas tanto por los Bancos Centrales como por bancos independientes.

Los pagos en tiempo real en América Latina son un sistema de transacción de dinero electrónico que permite la transferencia de fondos entre cuentas bancarias o cuentas de pago de manera inmediata, es decir, en cuestión de segundos o minutos. Este tipo de sistema se ha desarrollado con el fin de agilizar las transacciones financieras, brindando mayor comodidad y eficiencia tanto a individuos como a empresas.

En el caso de Pix, el Banco Central de Brasil creó en 2020 un sistema de pagos instantáneos que permite a los usuarios realizar transferencias de dinero las 24 horas, incluyendo fines de semana y días festivos, que compite directamente con las tarjetas de crédito y el efectivo. 

Esta herramienta es interbancaria, lo que significa que pueden participar tanto bancos, fintech y otras entidades financieras y de pago. Los usuarios pueden asociar su número de teléfono celular, dirección de correo electrónico o un identificador único generado por el sistema (llamado «clave PIX») a sus cuentas bancarias, lo que simplifica el proceso de recibir pagos. Esta iniciativa ha sido ejemplo a nivel global y regional, y busca ser replicada en varios países. 

En el caso de Argentina, el Banco Central (BCRA) del país lanzó en 2020 Transferencias 3.0, un sistema de pagos instantáneos que tiene como principales objetivos contribuir en la inclusión financiera y reducir el uso del dinero en efectivo.

En México, está el Sistema de Pagos Electrónicos Interbancarios (SPEI), regulado por el Banco Central de México, que permite transferencias instantáneas entre diferentes bancos y ha sido fundamental para el desarrollo del comercio electrónico y la banca móvil en el país.

En el caso de Perú, el país ha avanzado en un modelo de QR interoperable como parte del sistema de pagos en tiempo real  impulsado por el Banco Central de Reserva del Perú (BCRP), lo que permite a los usuarios realizar transferencias de manera instantánea entre diferentes bancos y cuentas de ahorro, con el objetivo de aumentar la inclusión financiera y los pagos digitales entre los peruanos. 

En Colombia, el Banco de la República está trabajando en la implementación de su nuevo Sistema de Pagos Inmediatos (SPI), similar a Pix en Brasil, que le permitirá a los colombianos realizar transferencias entre dos o más entidades, ya sea de manera instantánea a través de códigos QR o mediante el uso de datos personales como el número de teléfono o el correo electrónico. En el país ya hay aplicaciones exitosas independientes como Nequi de Bancolombia y Daviplata de Davivienda, que permiten hacer transferencias con el número de celular del usuario. 

“En muchos aspectos yo diría que hay una competencia obviamente entre lo que procesa una solución como Pix de pagos en tiempo real versus lo mueven las tarjetas, pero la realidad al final siempre es competir básicamente con el cash (efectivo), y en esa perspectiva permitir que los usuarios puedan de una manera mucho más sencilla, más ágil y más rápida poder gestionar un pago de manera electrónica”, concluye Marin.