La pandemia funcionó como catalizador de cambios profundos en los hábitos tecnológicos de los mexicanos, detalló Ernesto Piedras, director de The Competitive Intelligence Unit (CIU), durante su participación en el evento Conecta México. Piedras añadió que mientras la economía nacional crece a un modesto 1%, las telecomunicaciones avanzan al 4% anual, con casos excepcionales como los operadores móviles virtuales que registran incrementos del 50% trimestral.
De hecho, datos de The CIU muestran que el 82% de los dispositivos móviles en uso son de gama media o alta, un salto importante comparado con el 66% de equipos básicos previos a la crisis sanitaria. Este upgrade tecnológico se refleja en el consumo promedio de 7GB de datos mensuales, con diferencias generacionales notables: mientras millennials alcanzan los 30GB, adultos mayores apenas superan 0.5GB.
Además, el acceso a la conectividad se ha extendido a todos los niveles de la sociedad con servicios móviles presentes en prácticamente todos los hogares, independientemente de su nivel socioeconómico. Sin embargo, persiste una brecha en el segmento empresarial: solo el 20% de las microempresas cuentan con acceso a internet, frente al 90% de las grandes corporaciones.
Nube de incertidumbre global
Piedras alertó sobre los riesgos que plantea la creciente ola de proteccionismo económico mundial. México, como economía altamente dependiente del comercio exterior —especialmente con Estados Unidos y Canadá— podría verse afectado por medidas arancelarias que impactarían la cadena de suministro tecnológico. Explica que un smartphone promedio requiere componentes de al menos ocho países, y cualquier interrupción en este ecosistema globalizado tendría repercusiones locales.
Por lo que cuestionó si se está presenciando el fin de la globalización que permitió el auge tecnológico de las últimas décadas, especialmente cuando el sector telecom mexicano depende en gran medida de insumos importados para infraestructura y equipos.
Frente a este panorama, Piedras destacó la necesidad de abandonar la visión homogénea de México. El país está compuesto por múltiples realidades regionales con dinámicas económicas, necesidades tecnológicas y patrones de consumo diferenciados. Mientras zonas urbanas muestran saturación en servicios básicos, comunidades rurales y pequeñas empresas representan mercados potenciales con penetraciones inferiores al 20%.
La inteligencia artificial emerge como nueva frontera, con 55% de los encuestados afirmando comprender su concepto y 18.6% utilizándola activamente. Este dato sugiere una adopción más rápida de lo anticipado, abriendo oportunidades para servicios más avanzados.
Imagen: Aline Sarmiento.