En Perú, los repartidores de plataformas digitales enfrentan una situación compleja en cuanto a sus derechos laborales. Aunque este sector ha crecido exponencialmente en los últimos años y se ha convertido en la principal fuente de ingresos para más del 50% de los trabajadores de apps, muchos de ellos operan en un vacío legal.

De acuerdo con Alejandra Dinegro, presidenta del Observatorio de Plataformas Digitales, en entrevista con Mobile Time Latinoamérica, los repartidores no cuentan con un marco regulatorio que les otorgue protección laboral. En un país donde existen más de 39 regímenes laborales específicos y no un Código de Trabajo unificado, este colectivo queda fuera de los márgenes de las regulaciones existentes, lo que los deja sin acceso a derechos como seguro médico, pensiones o incluso el reconocimiento de su experiencia laboral.

La experta detalló que las demandas más urgentes de las y los repartidores peruanos incluyen:

  1. Un salario base digno: Actualmente, algunos servicios llegan a pagarse menos de la mitad de un dólar, una cifra que consideran insostenible.
  2. Acceso a seguridad social: Proponen un sistema contributivo tripartito (trabajador, empresa y Estado) que garantice pensiones y seguros contra accidentes.
  3. Reconocimiento de su experiencia laboral: Muchos no cuentan con documentos que acrediten sus años de trabajo, lo que limita sus oportunidades futuras.
  4. Derecho a la desconexión digital: Solicitan poder decidir cuándo trabajar sin sufrir represalias, como el bloqueo de sus cuentas por parte de las plataformas.

Tras años de activismo los repartidores peruanos siguen sin derechos laborales

Desde 2019, se han presentado proyectos legislativos para abordar estas problemáticas, pero hasta ahora no se ha logrado un consenso. Según Dinegro, la discusión principal radica en definir si estos trabajadores deben ser considerados empleados formales o mantenerse como independientes. Esta falta de regulación no solo afecta su bienestar actual, sino que también representa un desafío para el futuro laboral del país, especialmente en un contexto de alta informalidad (75%) y una población en proceso de envejecimiento.

A pesar de las dificultades, otros países de la región han dado pasos importantes que podrían servir como referencia. Colombia, por ejemplo, ha establecido acuerdos entre sindicatos y plataformas que incluyen tarifas base dignas y el reconocimiento de los trabajadores como parte de negociaciones colectivas. Por otro lado, Brasil ha impulsado modelos de cooperativismo para los trabajadores de apps, fortaleciendo su participación activa en el mercado laboral.

“Es momento de avanzar hacia un diálogo que incluya a trabajadores, empresas, Estado y consumidores. Solo así será posible construir un modelo que respete los derechos laborales y se adapte a las dinámicas de la economía digital”, concluye Dinegro.

El caso de Perú refleja la urgencia de atender las necesidades de los repartidores de apps y sentar las bases de una regulación que garantice un trabajo digno para quienes son parte fundamental de la economía colaborativa.

Ilustración hecha por Mobile Time con IA.

 

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