El Centro de Estudios de Telecomunicaciones de América Latina (cet.la) presentó el informe “Contribución del conjunto del ecosistema digital al desarrollo sostenible de infraestructura de telecomunicaciones”, elaborado por la firma Nera Consulting, en el que se analizan los desafíos estructurales que enfrenta la región para asegurar el desarrollo continuo de sus redes de telecomunicaciones.
La investigación subraya que aunque América Latina ha avanzado en la expansión de redes desde la liberalización del sector en los años 90, todavía enfrenta tres retos fundamentales: cerrar las brechas digitales, modernizar continuamente la infraestructura y manejar el aumento exponencial del tráfico de datos, impulsado principalmente por el consumo de video.
Según proyecciones de Ericsson, el tráfico de internet móvil en la región crecerá a una tasa promedio anual del 25% entre 2022 y 2029, por encima del promedio global. El video, que ya representa más del 70% del tráfico global, alcanzará el 81% para 2029, presionando aún más a las redes.
Además, el informe destaca una fuerte concentración del tráfico en solo cuatro grandes proveedores OTT (over-the-top). Google, Netflix y Facebook, generan el 74% del tráfico móvil en América Latina. Este fenómeno no solo impacta la gestión de redes, sino que también genera desequilibrios económicos y regulatorios, ya que los operadores deben costear la expansión de la infraestructura mientras las grandes plataformas no enfrentan las mismas obligaciones fiscales ni regulatorias.
Un desafío de inversión y regulación
El estudio estima que, para cerrar la brecha digital, modernizar redes y ampliar su capacidad, será necesario invertir más de 49.000 millones de dólares adicionales hasta 2030. De esa cifra, 17.000 millones se destinarían al cierre de brechas y modernización tecnológica, y 32.000 millones a la ampliación de capacidad para manejar el crecimiento del tráfico digital.
El informe plantea que las reglas actuales del juego están desactualizadas. Para los analistas, la evolución del ecosistema digital ha desdibujado las fronteras entre servicios y conectividad, y ha creado nuevos modelos de mercado, como los de doble cara, donde los operadores gestionan el tráfico tanto de usuarios como de plataformas digitales.
Ante esta nueva dinámica, el estudio propone una serie de recomendaciones. En el caso de regulación, le advierte a los gobiernos de la región eliminar cargas fiscales sectoriales, redefinir los mercados para incluir a los OTT en los servicios finales, asignar espectro con rapidez y apoyar financieramente la expansión a zonas no rentables.
Para los operadores, el estudio considera fundamental reinvertir los beneficios derivados de mejoras regulatorias en el despliegue de redes. Por su parte, le recomienda a los OTT, registrarse y tributar localmente, firmar acuerdos de conectividad con los operadores, reducir su impacto en las redes y contribuir a fondos sectoriales mientras existan.
Una oportunidad para la región
El informe concluye que la sostenibilidad de las redes latinoamericanas está en riesgo si no se equilibran las cargas entre todos los actores del ecosistema digital. Advierte que en mercados más desarrollados, como Estados Unidos o Corea del Sur, el equilibrio se ha logrado mediante regulaciones más ligeras para los operadores y normas generales aplicables por igual a las plataformas digitales.
El informe concluye que para América Latina, la oportunidad está en rediseñar su marco regulatorio y fiscal con una visión de largo plazo, que incentive la inversión, reduzca la brecha digital y garantice un internet sostenible, inclusivo y de calidad.