La violencia digital es un problema cada vez más presente en la vida de las mujeres en México y América Latina. Un reciente estudio del Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT), regulador mexicano del sector, reveló que a la mayoría de las mujeres usuarias de telefonía móvil les preocupa recibir mensajes o llamadas con amenazas, insultos o intentos de extorsión. Esta preocupación es mayor entre quienes tienen menores ingresos y niveles educativos, según el informe.

Para muchas de estas mujeres, el uso del teléfono móvil, una herramienta que conecta e informa, se ha vuelto también una fuente de ansiedad. Entre las principales formas de violencia digital que se mencionaron están el acoso y los insultos. Aunque las mujeres de niveles educativos y socioeconómicos más altos están más familiarizadas con estas situaciones y saben cómo actuar, aquellas con menor nivel de estudios se sienten más vulnerables y a menudo no reconocen las señales de riesgo.

De acuerdo con los datos del IFT, las formas de violencia digital que más afectan a las mujeres en la telefonía móvil incluyen:

  1. Acoso: Esta fue la forma más mencionada por las participantes. Las mujeres reportaron recibir llamadas y mensajes de texto persistentes de desconocidos, así como interacciones no deseadas de personas que buscan intimidarlas o incomodarlas. Este tipo de acoso es más común entre las mujeres jóvenes entre 18 y 24 años, con un 53.3% de quienes reportaron este tipo de violencia. 
  2. Insultos y amenazas: Cerca del 80% de mujeres expresaron temor a recibir mensajes con insultos, amenazas o agresiones verbales. Este tipo de violencia digital afecta especialmente a mujeres de niveles educativos y socioeconómicos más bajos y cuyas edades están entre 35 y 49 años. Según el estudio, tienen menos acceso a herramientas de protección y son menos propensas a denunciar estos incidentes.
  3. Intentos de extorsión: Otra forma de violencia digital que preocupa a las mujeres usuarias es la extorsión. En este caso, las víctimas reciben mensajes de texto o llamadas en las que se les amenaza con causarles daño si no acceden a demandas económicas. Este tipo de amenazas afecta especialmente a las personas mayores de 50 años, lo que les genera un alto nivel de estrés. Además, las participantes destacaron la dificultad de identificar cuándo se trata de un engaño o de un riesgo real.
  4. Fraude: Las mujeres también han sido víctimas de intentos de fraude digital, en los cuales reciben mensajes o llamadas que buscan engañarlas para que proporcionen datos personales, información financiera o accedan a enlaces peligrosos. Este tipo de ataques se intensifica entre mujeres con menor nivel educativo, quienes muchas veces no están familiarizadas con las señales de alerta en estos casos. Entre las participantes, quienes tienen entre 25 y 39 años fueron las más afectadas.
  5. Discriminación y ataques personales: Aunque menos común, 12.7% de las mujeres entre 18 y 24 años, mencionaron haber sido víctimas de ataques que incluyen comentarios discriminatorios sobre su apariencia, creencias o valores. Estos ataques suelen tener una raíz misógina o de discriminación y se dirigen a grupos específicos, causando una experiencia de rechazo que afecta la autoestima de las víctimas

Ante esta situación, muchas mujeres han comenzado a tomar medidas preventivas, como evitar compartir información personal y bloquear a usuarios desconocidos o agresivos. 

Para aquellas que han experimentado directamente la violencia digital, el informe del IFT revela que las acciones más comunes han sido denunciar ante la Policía Cibernética y bloquear al agresor. Sin embargo, en niveles socioeconómicos más bajos, las víctimas suelen optar por ignorar la situación, lo cual, en algunos casos, podría dejar el problema sin resolver y aumentarlo con el tiempo.

Mujeres con mayor nivel socioeconómico implementan mayores medias de protección contra violencia digital

El reporte del IFT destaca cómo, a medida que aumenta el nivel socioeconómico y educativo, también aumenta la preocupación por la violencia digital. Esto podría estar relacionado con una mayor familiaridad con el entorno digital y, por lo tanto, una mayor conciencia de los riesgos. Las mujeres con mayores ingresos y educación suelen ser más activas al implementar medidas de protección y prevención.

Además, el estudio muestra que no solo las mujeres adultas están en riesgo. Existe una percepción generalizada de que niños, niñas y adolescentes son especialmente vulnerables a este tipo de violencia digital, lo cual ha encendido alarmas en la sociedad mexicana y ha puesto sobre la mesa la necesidad de mayor educación digital y protección.

 

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