“4,7 millones de personas en México no pueden pagar el servicio de internet”, con esta contundente declaración de Elizabeth Sosa Hernández, directora general del Organismo Promotor de Inversiones en Telecomunicaciones (PROMTEL), comenzó a delinearse el verdadero reto de la conectividad, durante el ZTE Digital Transformation Summit, que se realizó este lunes 20 de octubre en Ciudad de México.
El dato revela que la desigualdad digital en México va más allá de la infraestructura. Aunque el 83,1% de la población cuenta con acceso a internet, la diferencia entre zonas urbanas (86,9%) y rurales (68,5%) sigue siendo profunda.
La discusión en el foro abordó el acceso equitativo a la conectividad ya que, según los expositores, se ha convertido en una cuestión de justicia social y en un requisito para la participación plena en la economía digital.
La visión federal

“El objetivo es integrar a todos en los nuevos procesos de la economía digital para desarrollar capacidades en los sectores productivos y brindar habilidades a las pequeñas y medianas empresas”, expresó Flores.
El funcionario explicó que el “Plan México”, impulsado por la Secretaría, articula tres ejes: infraestructura digital, innovación y formación de talento. En esta estrategia, la red es el medio para habilitar el crecimiento económico y reducir las brechas sociales, no como un fin en sí misma.
En la misma línea, Elizabeth Sosa, Directora General de PROMTEL, (entidad del gobierno encargada de impulsar infraestructura, facilitar inversiones y promover conectividad en zonas desatendidas), presentó el Plan Nacional de Pequeños Operadores.
Sosa dijo que este documento fue diseñado para fortalecer la conectividad desde lo local. “Los pequeños operadores son clave, han hecho una gran labor social y están comprometidos con conectar, pero ahora cuentan con reconocimiento jurídico y herramientas para crecer”, señaló.
Por eso, por primera vez, la Ley Federal de Telecomunicaciones y Radiodifusión, modificada el 28 de junio, reconoce legalmente a los pequeños operadores regionales y locales como actores formales del ecosistema.
El nuevo marco les permitirá compartir infraestructura, acceder a espectro radioeléctrico con descuentos o excepciones, y obtener financiamiento de organismos internacionales como el Banco Mundial, el Banco Interamericano de Desarrollo y la banca nacional.
“Tienen que ser proyectos sostenibles; no vale la pena impulsar algo que desaparezca en dos años. La conectividad debe durar y conectar localidades por mucho tiempo”, enfatizó Sosa.
Además, el organismo impulsa modelos sociales de conectividad para comunidades indígenas, afrodescendientes y rurales, con esquemas de crédito diferenciados. “Yo soy abogada y yo la veo [la conectividad] como habilitadora de los derechos fundamentales”, afirmó.
Tecnología como aliada para ampliar la conectividad e inclusión
Pero esta visión de inclusión no sería posible sin herramientas tecnológicas viables y accesibles. En este punto, la industria privada mostró cómo el Wi-Fi 7, la nube híbrida y la inteligencia artificial están diseñadas para convertirse en aliadas de la sostenibilidad y la reducción de costos.
Juan Carlos León, coordinador de Planeación e Ingeniería en América Móvil, explicó que la adopción de tecnologías como Wi-Fi 7, XGS-PON y FTTR buscan más que velocidad: persigue eficiencia operativa, estabilidad y ahorro energético, lo que se traduce en servicios más accesibles y confiables para el usuario final.
En su presentación, León destacó una iniciativa en la que los operadores, incluidos los más pequeños, pueden romper el “vendor lock-in” y combinar distintos fabricantes, reduciendo costos y fomentando la innovación local. Además, resaltó que el Wi-Fi 7 prioriza una experiencia estable y de baja latencia sobre las cifras de velocidad máxima. 
También abordó tecnologías como XGS-PON y FTTR (fibra hasta la habitación), no solo como soluciones residenciales, sino como infraestructura base para PyMEs, universidades y corporativos, con menor consumo energético y menores costos de despliegue.
“Cada megabit debe ser más eficiente; eso es lo que permite ofrecer servicios de calidad a precios accesibles”, concluyó.
Por su parte, Pedro Lete Viesca, líder de Desarrollo de Negocios para Latinoamérica en Alibaba Cloud, presentó la visión de la compañía para democratizar la inteligencia artificial y la nube en favor de PyMEs, gobiernos locales y sectores regulados.
Su propuesta se centra en la nube híbrida como facilitadora de inclusión digital, ofreciendo a estas organizaciones la agilidad y escalabilidad de la nube pública sin comprometer la seguridad. Destacó que este tipo de proyectos pueden desplegarse en tres a seis meses, evitando que las iniciativas de conectividad social se estanquen.
Lete también mostró cómo el modelo de lenguaje Qwen, de código abierto y con más de 200 millones de descargas, permite a empresas y comunidades educativas acceder a IA generativa multimodal sin pagar licencias costosas.
“Nuestra meta no es solo vender infraestructura, sino hacer accesible la tecnología de punta para que cada comunidad pueda desarrollar sus propias soluciones digitales”, subrayó.
Desde la perspectiva de los operadores locales, Israel Madiedo, director de Innovación y Tecnología en izzi, complementó la visión al señalar que la inteligencia artificial ya tiene un rol central en la operación de red: “No todo es ancho de banda: la IA ayuda a anticipar, optimizar y entender mejor al usuario”, puntualizó.
Data centers verdes: la infraestructura detrás de la conectividad social
La sustentabilidad fue otro eje del encuentro, Carolina Cortés, CEO de ICREA, presentó junto con ZTE un modelo de centros de datos modulares y sostenibles, que reducen los tiempos de construcción y el consumo energético. “No podemos hablar de conectividad o nube sin hablar de data centers responsables”, afirmó.
La ejecutiva recordó que México deberá duplicar su capacidad energética para centros de datos hacia 2030, con soluciones que integren eficiencia, automatización y energías renovables. Los estándares promovidos por ICREA, según explicó, buscan infraestructuras más eficientes, con monitoreo continuo y huella ambiental reducida, alineadas al Plan Digital 2025–2030.
El encuentro evidenció una nueva etapa de colaboración entre Estado, industria y comunidad tecnológica. Como resumió Elizabeth Sosa: “La conectividad no es un lujo. Es el medio para ejercer otros derechos fundamentales».


