Este 1 de julio inició el programa piloto para incorporar a repartidores y conductores de plataformas digitales al régimen de seguridad social en México, un avance histórico que reconoce formalmente sus derechos laborales. Sin embargo, los repartidores de apps advierten que el camino aún está lleno de retos y que la implementación requiere mayor transparencia y diálogo real.

Durante una conferencia de prensa en la Ciudad de México, integrantes de Repartidores Unidos de México (RUM) y otras agrupaciones independientes destacaron que esta conquista es resultado de años de organización en las calles, lejos de acuerdos cerrados entre sindicatos oficiales y autoridades. 

Uno de los temas centrales fue el reconocimiento de los gastos operativos que enfrentan los repartidores, que varían según el tipo de vehículo: bicicleta, moto o automóvil. Los porcentajes establecidos para calcular el ingreso neto —50% para motos, 30% para bicicletas y 36% para autos— busca que las cuotas al IMSS se ajusten mejor a la realidad económica de cada trabajador.

Sin embargo, los repartidores criticaron que estos porcentajes se definieron sin una base pública clara, pese a que ellos mismos entregaron estudios técnicos a la Secretaría del Trabajo para sustentar sus gastos reales. Por ejemplo, mencionaron que en motos los costos como gasolina, mantenimiento y seguros representan hasta el 60% de sus ingresos brutos. Por ello, exigen que en futuras revisiones se utilice una metodología transparente, basada en evidencia, para evitar que se afecte su capacidad económica real.

Piloto de seguridad social genera preocupaciones 

El programa piloto durará seis meses y tiene como objetivo afiliar a entre 600.000 y 700.000 repartidores y conductores a la seguridad social, marcando un cambio radical en la formalización laboral del sector.

Los voceros de RUM alertaron que el número de seguridad social por parte de las plataformas ya comenzó a aplicarse entre los repartidores, sin que exista aún claridad suficiente sobre cómo funcionará el sistema en la práctica.

Aunque se reconoció que este paso operativo era necesario para activar el nuevo esquema de incorporación al IMSS, también se expresó preocupación por la falta de información y los riesgos de mal uso de los datos personales. Por ello, exigieron garantías de protección de datos, transparencia en los procesos y mecanismos de retroalimentación con los trabajadores para resolver fallas durante el piloto.

Además, advirtieron que el sistema del IMSS podría no estar listo para recibir simultáneamente cientos de miles de registros, lo que podría derivar en errores administrativos o en retrasos que afectarían directamente a quienes buscan acceder a prestaciones médicas y de seguridad social.

¿Cómo se calculará el Ingreso Neto Mensual de los repartidores de apps?

Para acceder a los beneficios del IMSS —que incluyen pensión, maternidad, riesgos de trabajo, incapacidad, vivienda y fondo de ahorro—, los trabajadores deben demostrar un ingreso neto mensual equivalente al salario mínimo. Esto se calcula tomando en cuenta los ingresos brutos menos los gastos operativos, según los porcentajes definidos. 

Por ejemplo, un repartidor en moto debe generar aproximadamente 16.800 pesos mexicanos mensuales brutos para que, tras aplicar la deducción del 50%, su ingreso neto sea igual al salario mínimo (8.400 pesos), requisito para ser afiliado.

Quienes no alcancen este umbral en un mes quedan fuera del esquema formal, aunque podrán reactivarse en meses posteriores si cumplen nuevamente con los requisitos. Además, la reforma contempla un esquema de “subordinación discontinua”, lo que permite a los trabajadores ingresar y salir del sistema conforme a su actividad económica real, renovando su contrato de manera mensual.

En ese sentido, un aspecto relevante es el reconocimiento del trabajo en multicuentas, que permite a un repartidor generar ingresos en varias plataformas siempre que su suma alcance el mínimo requerido. En caso de accidente, la plataforma responsable será aquella en la que se encontrara realizando el pedido al momento del incidente, garantizando así cobertura efectiva. Para quienes no alcancen el umbral mínimo, el esquema prevé una cobertura básica de incapacidad equivalente a un salario mínimo, brindando una red mínima de protección social.

Reconocimiento de riesgos laborales

Uno de los avances celebrados fue el reconocimiento del riesgo laboral en este tipo de empleo, clasificado en nivel 4 de 5 según la tabla del IMSS. Esto permitirá que quienes sufran accidentes en el ejercicio de su labor puedan acceder a prestaciones sin depender de la buena voluntad de las plataformas. Representantes del gremio subrayaron que esta reforma corrige años de abandono y precariedad, en los que los repartidores accidentados quedaban fuera de cualquier protección.

No obstante, los representantes advirtieron que el IMSS podría enfrentar limitaciones tecnológicas, médicas y administrativas para atender esta demanda masiva, lo que genera incertidumbre sobre la capacidad real de la institución para cumplir con sus compromisos en tiempo y forma.

En lo político, los repartidores reclamaron exclusión en algunas etapas del diálogo con el gobierno de la Ciudad de México y exigieron que las mesas mensuales de evaluación sean incluyentes y transparentes. Reconocieron que el gobierno federal y la Secretaría de Gobernación han mostrado mayor apertura, pero advirtieron que seguirán vigilantes de que la reforma no se distorsione ni se capture desde el escritorio.

También recordaron que esta no es una reforma terminada, dejaron claro que el verdadero éxito no dependerá solo de la ley, sino de su implementación, de la participación de quienes realmente trabajan en la calle y de que se respete su derecho a organizarse de forma autónoma.

La imagen principal fue creada por Mobile Time con IA.

 

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