En México todo dispositivo móvil que se comercializa debe cumplir con una serie de normas de seguridad obligatorias como el funcionamiento eléctrico, la compatibilidad electromagnética y el uso adecuado del espectro radioeléctrico. Esta certificación es indispensable para ingresar productos al mercado formal, evitar sanciones aduaneras y garantizar que operen de forma segura y sin interferencias en las redes de telecomunicaciones del país.
Irma Gómez, Gerente de la división de Certificación de Productos en TÜV Rheinland México, explicó a Mobile Time Latinoamérica cómo funciona este proceso y cuáles son los principales retos que enfrentan los fabricantes y comercializadores de smartphones y dispositivos inalámbricos en el país.
TÜV Rheinland es una empresa global de origen alemán especializada en pruebas, inspección, certificación y capacitación en áreas como tecnología, seguridad, calidad y medio ambiente. Con más de 30 años operando en México.
Uso del espectro

Irma Gómez, Gerente de la división de Certificación de Productos. (Foto: Cortesía TÜV Rheinland)
Uno de los componentes más relevantes de la certificación es el cumplimiento con la disposición técnica IFT-012-2019, que establece los límites máximos de radiación no ionizante (como Wi-Fi, Bluetooth o redes celulares) que un dispositivo puede emitir al estar en contacto directo con el cuerpo humano. Este parámetro se evalúa mediante el Índice de Absorción Específica (SAR), el cual debe mantenerse por debajo del umbral definido por el IFT.
“Todos los dispositivos que operan inalámbricamente cerca del cuerpo —como celulares, relojes inteligentes o audífonos Bluetooth— deben someterse a pruebas SAR para garantizar que no excedan la radiación permitida. Esto protege la salud del usuario y asegura que el equipo no cause interferencias en la red”, explicó Gómez.
Además de proteger la salud del usuario, estas pruebas garantizan que los dispositivos no interfieran con otras señales dentro del espectro. Gómez explicó que un celular mal calibrado o que exceda los límites permitidos puede afectar el funcionamiento de redes públicas, otros dispositivos electrónicos e incluso servicios de emergencia.
“El espectro es un recurso limitado y compartido. Si un dispositivo no respeta los límites técnicos, puede provocar interferencias en otras frecuencias, afectando a usuarios y sistemas críticos. Por eso, las pruebas son tan específicas”, detalló.
Asimismo, los dispositivos deben cumplir con la NOM-208-SCFI-2016, sobre equipos de telecomunicaciones que usan el espectro radioeléctrico y la NOM-221-SCFI-2018, que se enfoca en los terminales móviles que se conectan a redes celulares. Estas normas de seguridad regulan aspectos como compatibilidad electromagnética, potencia de transmisión, y el uso correcto de bandas de frecuencia autorizadas por el IFT para México.
“No se trata solo de que el celular funcione, sino de que lo haga dentro del espectro asignado, sin generar interferencias ni saturar las bandas. La validación del espectro es técnica, especializada, y obligatoria para operar en el país”, puntualizó.
Seguridad eléctrica
Junto con el cumplimiento en espectro, los teléfonos móviles deben someterse a pruebas físicas bajo la NOM-001-SCFI-2018, que regula aspectos de seguridad eléctrica. En laboratorios como el de TÜV Rheinland se revisa que el equipo no cause daños por descargas eléctricas, que sus materiales resistan caídas accidentales y que la información técnica esté correctamente rotulada en español.
“Los equipos deben ser seguros tanto para el usuario como para el entorno. Eso incluye que sus componentes eléctricos no generen riesgo de descarga y que sus transmisores inalámbricos operen en los rangos permitidos, sin provocar interferencias”, explicó Irma Gómez.
¿Cómo se verifica que los smartphones cumplan las normas de seguridad?
Las pruebas se efectúan en laboratorios acreditados y aprobados por la Entidad Mexicana de Acreditación (EMA) y el IFT.
Los ensayos abarcan múltiples aspectos: accesibilidad a partes internas, riesgo de electrocución, resistencia a caídas, seguridad en botones, estabilidad del equipo, precisión en la rotulación, cumplimiento con las bandas del espectro autorizadas y ausencia de interferencia con otros dispositivos.
También se verifica que los productos estén etiquetados con la marca NOM y cuenten con manuales en español y advertencias de seguridad visibles. En algunos casos, como cuando el equipo fue certificado por TÜV Rheinland, también se puede encontrar la marca NOM-TUV.
La certificación es una ventaja competitiva
Más allá de los requisitos legales, la certificación ha tomado un valor estratégico en el ecosistema mobile. Las pruebas no solo confirman que un producto es seguro, también aportan confianza al consumidor final.
“Las personas están cada vez más informadas. Ver el sello NOM-TUV en un dispositivo da certeza de que fue evaluado bajo parámetros internacionales. Y eso, en un mercado tan competido como el de smartphones y wearables, hace la diferencia”, indicó.
Además, Gómez señaló que muchas empresas multinacionales, como Samsung o Sony, optan por realizar la homologación de sus equipos en México para facilitar la distribución en otros países latinoamericanos que reconocen las certificaciones mexicanas.
Además de la ventaja competitiva, Gómez señaló que la omisión del proceso de certificación tiene consecuencias legales y operativas. Si un producto llega a aduana sin cumplir con las normas de seguridad aplicables, puede ser retenido, embargado o incluso incautado. Además, la autoridad puede imponer multas que van del 2% al 10% del valor total de la mercancía, según la Ley de Comercio Exterior.
“Muchas marcas nuevas o importadores pequeños cometen el error de lanzar productos sin certificar. Esto frena sus ventas, daña su reputación y les genera costos que fácilmente pudieron haberse evitado”, advirtió Gómez.
El cumplimiento normativo es especialmente importante para distribuidores de marketplaces, plataformas móviles y tiendas departamentales, ya que muchas de ellas exigen certificados como condición para incluir un producto en su catálogo.
Con la creciente incorporación de funciones inteligentes, sensores, conectividad 5G y carga rápida, los dispositivos móviles requieren cada vez más pruebas complejas. Gómez advierte que el tiempo estimado de certificación puede variar entre dos semanas y tres meses, dependiendo de la complejidad técnica del equipo y la disponibilidad de documentación por parte del fabricante.
“México se ha consolidado como un hub estratégico para la certificación en Latinoamérica. La tendencia indica que la interoperabilidad móvil será clave en múltiples sectores, y eso exige pruebas rigurosas y actualizadas”, concluyó Irma Gómez.
TÜV Rheinland México recientemente obtuvo ocho nuevas acreditaciones para certificar electrodomésticos inteligentes que ya se integran a apps móviles o se conectan por Wi-Fi.
La imagen principal fue creada por Mobile time con IA.