El despliegue de redes móviles 5G en el Caribe no obedece a un plan regional de conectividad o inclusión, sino a una lógica de mercado basada en el retorno de inversión (ROI). Así lo confirma un reciente informe de Ookla, empresa especializada en análisis de conectividad, que traza un mapa desigual donde solo algunas islas son beneficiadas de esta tecnología mientras la mayoría aún depende del 4G.
Según el estudio, el 5G ha llegado a lugares como Puerto Rico, las Islas Vírgenes de EE.UU., Bermudas, Aruba, Islas Caimán y algunas zonas de República Dominicana y las Antillas Francesas, no porque exista un compromiso con el acceso equitativo, sino porque son territorios que ofrecen condiciones favorables para recuperar rápidamente la inversión.
Por ejemplo, cumplen con condiciones como ingresos per cápita elevados, alta densidad turística, entornos regulatorios avanzados y presión competitiva entre operadores.
“En estos casos, el 5G no es una solución nacional, sino una estrategia selectiva donde las zonas turísticas y urbanas son prioritarias, y las áreas rurales o menos rentables quedan al margen”, indica Kerry Baker, autor del informe.
La excepción regional
Mientras Puerto Rico y las Islas Vírgenes estadounidenses lideran en disponibilidad y adopción, mientras los demás países siguen enfocadas en fortalecer sus redes 4G LTE.
Puerto Rico es el mercado más maduro de la región en cuanto a 5G. Desde su lanzamiento en 2019, ha logrado que un 87,4% de los dispositivos 5G estén conectados a esta red, superando incluso a Estados Unidos continental (74,1%).
Las Islas Vírgenes de EE. UU. le siguen con una tasa del 75,5%. Ambos territorios se han beneficiado de inversiones agresivas de operadores como T-Mobile y AT&T antes de su venta a Liberty Latin America.
Turismo y conectividad
Islas como Aruba y Bermudas han implementado 5G como una herramienta para mejorar la experiencia de sus visitantes. Aruba, por ejemplo, ha centrado el despliegue en sus zonas hoteleras del sur y oeste, mientras que Bermudas ha aprovechado su pequeño tamaño, alto ingreso residencial y presencia empresarial para justificar una inversión rápida y focalizada.
Por su parte, República Dominicana, la igual que Puerto Rico, se caracteriza por su atractivo comercial para 5G, el despliegue comenzó en zonas urbanas y turísticas, aunque el acceso aún es limitado.
Redes vacías, velocidades altas
Un fenómeno que llama la atención en el informe es que las redes 5G más nuevas (con pocos usuarios) registran velocidades de descarga superiores a 400 Mbps, al estar prácticamente vacías.
Por ejemplo, Martinica y Guadalupe muestran velocidades altas, pero con una disponibilidad de red mínima. Por el contrario, mercados más maduros como Puerto Rico, con mayor tráfico, ofrecen velocidades más moderadas pero constantes.
En otros países como Bahamas, Barbados, Jamaica o Trinidad y Tobago, el despliegue de 5G aún no despega, a pesar de contar con infraestructura lista para 5G. La razón están en la falta de asignación de espectro y procesos regulatorios lentos.
Costo y riesgo
Más allá de los factores económicos, el informe destaca otros desafíos estructurales en estos países y que son una barrera para el despliegue. Por ejemplo, en algunas zonas los terrenos son montañosos o dispersos, los que eleva los costos de instalación. También hay una alta exposición a huracanes y desastres naturales, que aumenta el riesgo financiero.
Estos obstáculos hacen que muchos países caribeños opten por fortalecer sus redes 4G LTE, en lugar de embarcarse en un despliegue costoso e incierto de 5G.
Según Ookla, las próximas islas en sumarse al 5G serán aquellas que combinan alto PIB per cápita, industria turística fuerte y operadores tecnológicamente listos, una vez logren superar los problemas regulatorios.
Se proyecta que Bahamas y Barbados son los principales candidatos. Sin embargo, para el resto del Caribe, se estima que la llegada de 5G todavía será lejano. Mientras tanto, las decisiones de inversión seguirán respondiendo a cálculos económicos y no a necesidades sociales.