La creciente adopción del internet móvil y las aplicaciones digitales ha transformado el panorama del uso de criptomonedas, tanto en actividades legítimas e ilícitas como el criptocrimen. Según el informe más reciente de Chainalysis, esta evolución tecnológica ha facilitado que actores delictivos amplíen su alcance y profesionalicen sus operaciones, permitiéndoles ejecutar actividades ilícitas de manera más ágil y global.
Aunque Bitcoin (BTC) fue históricamente la criptomoneda preferida por los ciberdelincuentes, la tendencia ha cambiado hacia las stablecoins, que ahora representan el 63% de las transacciones ilícitas. A diferencia del Bitcoin, que es una criptomoneda descentralizada conocida por su volatilidad y su uso como inversión o reserva de valor, las stablecoins están diseñadas para mantener un precio estable al estar respaldadas por activos como el dólar estadounidense u otros bienes.
Esta estabilidad las convierte en una herramienta práctica para transacciones y gestión financiera dentro del ecosistema cripto. Además, gracias a su flexibilidad y predictibilidad, las stablecoins han ganado popularidad entre negocios y usuarios que buscan aprovechar los beneficios de las criptomonedas sin exponerse a las fluctuaciones drásticas del mercado.
Por eso, servicios como Huione Guarantee, que operan en gran medida mediante aplicaciones móviles y sitios accesibles desde cualquier dispositivo conectado, han procesado más de 70 mil millones en transacciones ilícitas desde 2021, de acuerdo con Chainalysis. Esto ya que dichas plataformas actúan como mercados digitales ofreciendo herramientas para el lavado de fondos, servicios de estafa y operaciones vinculadas con mercados de la dark web, apuestas ilegales y otras actividades ilícitas.
El criptocrimen en América Latina
En América Latina, el uso de plataformas móviles vinculadas a criptomonedas ha crecido exponencialmente. Por ejemplo, en México, la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef), un organismo descentralizado del gobierno mexicano que funciona como defensora de los usuarios de cualquier tipo de servicios financieros, identificó un aumento del 30% en fraudes digitales relacionados con aplicaciones móviles de criptomonedas durante 2024.
De hecho, en 2024 las direcciones de criptomonedas asociadas a actividades ilícitas recibieron 40,9 mil millones de dólares, según Chainalysis. Aunque esta cifra representa una disminución en comparación con años anteriores, la tendencia histórica sugiere que este número podría aumentar conforme se identifiquen más direcciones ilícitas.
En Argentina, el esquema conocido como «pig butchering» ha crecido de manera preocupante. En este tipo de fraude, las víctimas son manipuladas durante meses a través de aplicaciones de mensajería como WhatsApp y Telegram para confiar en los estafadores, quienes finalmente las convencen de invertir grandes cantidades de dinero en criptomonedas con promesas de retornos mensuales de hasta el 15%; posteriormente son transferidas a direcciones ilícitas solo para descubrir que las plataformas desaparecen con sus fondos. Chainalysis detalló que en 2024, este tipo de fraude generó más de 1.000 millones de dólares en pérdidas a nivel global.
Otro caso notable es el de Colombia, donde se ha identificado un incremento en estafas realizadas por aplicaciones que imitan a exchanges legítimos. En 2024, al menos 12.000 personas en el país reportaron haber perdido dinero en plataformas fraudulentas que exigían una inversión inicial de 50 USD.
La imagen de arriba fue realizada por Mobile Time con ayuda de inteligencia artificial.