La Agencia Nacional del Espectro (ANE) presentó los avances de su estrategia para anticiparse a la creciente demanda de conectividad en Colombia y garantizar un acceso eficiente y equitativo a este recurso.

De acuerdo con el director de la entidad, Sergio Sotomayor, los cálculos preliminares indican que en 2025 el país requiere cerca de 540 MHz de espectro para atender la demanda de tráfico móvil.

Actualmente hay 740 MHz asignados en distintas bandas (700, 850, 1900, 2500 y 3500 MHz, entre otras), lo que supone un margen de suficiencia en el corto plazo. Sin embargo, las proyecciones advierten que en los próximos tres años serán necesarios al menos 270 MHz adicionales, lo que obligaría a revisar los topes de espectro establecidos por la regulación vigente.

Nuevas bandas y uso libre del espectro

Para responder a esta presión, la ANE identificó segmentos de espectro aún no explotados, como las bandas de 2.3 GHz, 2.8 GHz, 4.8-4.9 GHz y 10 GHz, además de estudios en curso sobre la franja 4.4 a 4.8 GHz.

Otro frente clave es el uso libre del espectro. Desde 2022 se habilitó la banda de 6 GHz para aplicaciones de baja potencia en interiores, medida que sigue la tendencia de países como Estados Unidos y Canadá. Ahora, la agencia analiza permitir su uso en exteriores, lo que impulsaría la adopción de Wi-Fi 6 y 7 y nuevos proyectos de innovación tecnológica.

La entidad también avanza en un análisis para habilitar redes privadas y comunitarias, con potencial de beneficiar a sectores estratégicos como el energético e industrial. Empresas como Ecopetrol y EPM ya han mostrado interés en desplegar redes propias, mientras que operadores regionales y comunidades organizadas podrían gestionar directamente espectro en zonas específicas.

Precios del espectro

En materia de costos, la ANE anunció la creación de un Observatorio de Valoración del Espectro, que permitirá comparar precios internacionales y ajustar las tarifas en Colombia. Además, prepara una propuesta para revisar el cobro del espectro en enlaces de microondas, con el fin de incentivar el despliegue en zonas rurales y reducir la brecha digital.

Uno de los principales desafíos es el rezago entre el ritmo tecnológico y los ciclos de regulación internacional, que se actualizan cada cuatro años en la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT). En el caso de las constelaciones satelitales en órbita baja, los procesos actuales podrían tardar hasta siete años. Para agilizar, la ANE ya realiza estudios propios y pruebas técnicas con operadores como SpaceX (Starlink), que han mostrado viabilidad de coexistencia entre sistemas geoestacionarios y no geoestacionarios.

Finalmente, Sotomayor insistió en la necesidad de reabrir la discusión sobre la flexibilización en la gestión del espectro y la creación de mercados secundarios, propuestas que llevan más de 15 años en debate en el país. Estos mecanismos permitirían evitar la subutilización de bandas y potenciar el espectro como motor de desarrollo económico y social.

 

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